
El restaurante Lera es el resultado de la evolución de la casa de comidas que la familia Lera fundó en 1973, dedicada a redescubrir la cocina tradicional castellana con un estilo muy personal. Desde 2008, con el cambio generacional, Luis Lera apuesta por mantener viva la herencia culinaria y por enriquecer el recetario con la aplicación de nuevas técnicas y nuevos paradigmas. En 2015 Lera renace en un nuevo espacio, con una propuesta gastronómica más personal y diferencial.

Sobre Luis Lera
Luis Lera ha llegado a ser quien es a base de fuego y tiempo, mucho tiempo.
Apasionado cazador y cocinero de familia y oficio, ha unido ambas disciplinas para rendir tributo a cada pieza, domesticándola y sirviéndola en la mesa. En su libro, editado por Montagud, compartió su experiencia y visión sobre la caza como cultura y gastronomía, convirtiendo su obra en el compendio de un conocimiento antiguo, que merece ser salvaguardado. La estrella Michelín, la estrella verde, los Soles Repsol y otros reconocimientos acompañan en el camino y lo allanan.

Sobre el restaurante
Lera es mucho más que caza. Aquí, la vanguardia se disfraza de tradición. Escabeches, guisos, legumbres, pichones… platos que, sin perder su esencia, hablan de un territorio y de una forma de entenderlo. Con una propuesta íntima, honesta y sin artificios, Lera ofrece un espacio donde comer se convierte en un acto de memoria, hospitalidad y disfrute, rindiendo culto a la verdad del producto y a la nobleza de lo sencillo.

Sobre el alojamiento
Lera no es un hotel, es un restaurante con habitaciones.
El principal lujo de cada dormitorio es su cercanía a la mesa y la oportunidad de disfrutar de la sobremesa sin prisa ni viaje. Dormir en Lera redondea la experiencia, permite despertar en el silencio de Tierra de Campos, descubrir sus atardeceres y sentir su pulso. Un refugio que ofrece la calma nacida del tiempo bien entendido, el que te invita a olvidar y desconectar (por cierto, no hay wifi).
El desayuno, que va variando en cada estación, se sirve en la mesa comunal del obrador, donde la hospitalidad es artesanía. El pan en horno de leña, las sopas de ajo, el embutido artesano, la bollería tradicional o las mermeladas y frutos de la huerta, hacen del comienzo del día una auténtica celebración.